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Según una encuenta de InfoSec el 45% de mujeres daban sus contraseñas a extraños a cambios de un chocolate. Interesante forma de hackear. Ahora mismo me visto de encuestador y me compro mi caja de chocolates.

Fuente The Inquirer

* La ingeniería social vale de usar artimañas para que la propia víctima te entregue información sensible.

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