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Según Jean Hunter, profesora de agricultura e ingeniería biológica de la Universidad de Cornell, quien dirige el proyecto, la solución no es tan sencilla. "Si los astronautas ponen su basura fuera de la esclusa de aire, ésta orbitará paralelamente a la nave" explica la investigadora.

"Si la eyectan de la nave, lo más seguro es que después vuelvan a encontrarse con ella. O, aún peor, la basura terminará contaminando otro planeta"."No sabemos si hay vida en Marte, pero sí sabemos que nuestra basura rebosa de vida", agrega la científica.

Otra posibilidad es lanzar la basura hacia el Sol, pero los científicos creen que primero hay que aprovechar todos los recursos utilizables que tiene la basura. Enlace aquí.

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